Hoy muchos creen que la clave es llenar las redes:
Porque da alcance,
Porque llegás más rápido a gente nueva,
Porque generás más “awareness”.
Peeero…
¿Qué pasa si esa manera de comunicar hace que todo suene igual?
Que baje la permanencia de las personas,
Que las redes ya no entretengan como antes.
Ahí el algoritmo ajusta.
Y no gana el que más publique, sino el que más entretenga.
(de hecho, ya está pasando).
La cantidad sin calidad no solo aburre,
también pierde efectividad en los ojos del algoritmo.
Pasás de ser “constante” a ser “molesto”.
Al final, lo que queda no es cuánto publicaste,
sino cómo te recuerda la gente.
La estrategia pensada, la constancia inteligente y la calidad
siempre terminan ganándole a la cantidad.